Excéntrico y de una técnica excelente, el artista Daron Mastropiero, nos concedió esta entrevista, donde entre risas y seriedad, contó todo sobre su obra.

Oriundo de Merlo (Buenos Aires) y a sus jóvenes 26 años, el dibujante Daron Mastropiero, viene batallando contra los escépticos que no creen que sus obras sean reales. Es que la técnica es tan perfecta que verlas a través de una pantalla te hacen dudar. Como su página de Facebook lo indica, fanático de Duchamp y Dalí.

Profesor de artes visuales en su taller y haciendo trabajos por encargue, este artista que no da a conocer su nombre real, dice que hace más de 10 años lo conocen así, como Daron. A pesar de lo difícil que parece, actualmente vive de su arte.

DM: Bueno, la birome la utilizo desde los 12 años. Empecé con dibujos del estilo del cómic y animé; luego de un proceso de búsqueda plástica me reencontré con la birome y apliqué todo lo que aprendí con Yvonne Beribey (artista a quien le debo toda mi técnica) y con Jerónimo, ellos me marcaron la vida, y bueno, volviendo a la birome, es el elemento que me regresó a la niñez, al juego, a la caricatura al costado de la hoja. Utilizarlo más bien como un “cómo” y no un “qué”, ir más allá de lo que proponía el elemento, y usando el color azul para puntualizar de forma más obvia la utilización de dicho elemento.

DM: No tengo la más mínima idea del porqué me convocan! aún me lo pregunto también (risas). Creo que mis “dibujitos” tienen cierta calidad (que no me gustan) pero creo que a la gente les gustan, y eso es muy reconfortante. En las exposiciones siempre se acercan a halagar los dibujos porque dicen confundirlos con fotografías, y creo que eso es un halago. También me lo han dicho en forma despectiva. Hasta han dicho que eran mentira, que no eran dibujos, que eran fotografías con filtros, y que “oh casualidad, nunca nadie los había visto personalmente a mis dibujos”. Al poco tiempo hice mi primera exposición individual y tuvieron que borrar sus post de las redes sociales.

DM: Simplemente surgió, en un principio por una cuestión de exploración de las posibilidades que la birome propone. Por otro lado, la técnica en sí misma, independientemente de la contundencia en el uso de la lapicera, y la carga conceptual, a veces el hedonismo cotidiano y otras tantas, exploración en lo que es la construcción del pensamiento abstracto, la figura fuera de su contexto narrativo, las poses surgen, otras veces son pensadas para expresar un concepto, la narrativa gráfica pesa mucho y ademas el plus de que la birome no está dentro de los elementos clásicos para representaciones con este resultado que supera la figuración. Así que es un poco una burla, y eso me da mucha satisfacción; mis dibujos suelen provocar curiosidad, risa y bronca, y como son tres cosas muy simpáticas, me pone muy contento, es otra ventaja.

DM: Sí, cómo olvidar? fue la chica que solía ser mi novia. Se llamaba Ailén.

DM: No, realmente no. Igualmente no se que sería algo “fuera de lo común” teniendo en cuenta que quien responde colecciona sus propias uñas para hacer luego un llamador de ángeles o atrapasueños. El mismo que iba al secundario con galera y bastón (risas).

DM: El amor de mi vida es Salvador Dalí, pero tengo muchos ídolos a quienes admiro por una cualidad u otra. Construyo mi propio sistema de creencias, así que en ello involucro a influencias como Helmut Ditsch, Björk, El Cabra (de Las Manos de Filippi a quien admiro profundamente), a HR Giger, Carlos Núñez Cortés, Duchamp, y muchos otros.

DM: Tengo algunas exposiciones en mente que se verá más adelante la confirmación de fechas, y algunos proyectos para trabajar aportando con mis dibujos a obras de teatro. 

DM: A ustedes.