Por. Domingo Martínez.
Una herramienta de comunicación patentada por Jan Koum (Ucraniano) popularmente llamada Whatsapp , permite a quien suscribe, establecer contacto con una paisana a casi ocho mil kilómetros de distancia en tiempo real; el objetivo, hablar de su poesía, tan intimista como universal. Yaneth Hernández es una poetisa que no siente el menor remedo en encriptar sus pasiones en el ritmo de un verso, es una persona carente de los miedos que subyugan la expresión distanciandola del compromiso concerniente a la responsabilidad social del artista: Yaneth es capaz de escribir al mismo tiempo una gaita (sandunguerita) mientras deja a medio hacer una proyección bajo la métrica grecolatina en el tintero, para abordar los complejos olvidos que se ocultan en el sánscrito. Por eso he de subrayar su universalidad dentro del intimismo, su poder y fortaleza expresiva en el soterrado mundo poético en que se desarrolla su significativa obra. Dejemos que ella misma nos cuente los detalles y pormenores que sirven de contención a ese inmenso caudal expresivo:
EeA: ¿Cómo se vincula la vida de Yaneth Hernández con el mundo poético?
YH: Se inicia a los 14 años. Estudiaba bachillerato y en una de esas tantas veces que visitaba la Biblioteca del Estado, llamó mi atención un tomo con las obras completas de Alfonsina Storni, el cual leí con suma curiosidad, debo confesar que para ese momento no sabía en lo absoluto de poesía, quedé enganchada con Alfonsina. Me inauguró con una poesía bastante sencilla y hasta podría decir sin ninguna sazón. Luego leo a Antonio Machado y por el gusto tan profundo que sentí por su obra, considero hacerme poetisa. Comienzo a crear versos que tendían, sin darme cuenta, al estilo de Alfonsina y Machado entonces decido no leerlos por largo tiempo para evitar condicionar mi estilo. Puedo decir que Alfonsina y Antonio Machado fueron mi pase al mundo de la poesía y a quienes considero mis maestros.
EeA: ¿Cómo defines el contexto de la poesías donde se desarrolla tu obra, es decir existe una inclinación hacia las corrientes llamadas clásicas, moderna, o cualquier otro canon establecido como forma de distinguir las distintas vertientes poéticas?
YH: Una de las cosas más complicadas para mí, es el escenario donde mi obra hace vida, muchas de ellas enmarcadas en la prosa poética, dándome la oportunidad de crear con menos presión y mucha libertad en cuanto a reglas se refiere.
Cuando leí por vez primera Hojas de Hierba del escritor estadounidense Walt Whitman, sentí que ese estilo de verso libre, de quién Whitman es creador, mi poesía podría encajar cómodamente, tomando en cuenta que la obra de Whitman para la época fue osada al hacer referencias tajantes sobre la homosexualidad, tema recurrente en mi poesía y en todo cuanto escribo. Soy fiel admiradora de los poetas que se dedican a otras corrientes como es el caso de la poesía clásica que amerita de gran conocimiento y destreza.
Corrientes como el surrealismo me gusta mucho, ya que ofrece una visión dual y temperamental de la poesía, el existencialismo enfrascada en esa lucha aguerrida por encontrarle sentido a nuestra presencia en éste plano terrenal, incluso el realismo mágico que puede ser trasladado a la poesía con cierto encanto a lo García Márquez.
Mi poesía danza en los patios del verso libre, sin ninguna presunción a la hora de expresar todo lo que habita en mi mundo y en mi soledad.
EeA: ¿Qué cosas deben ocurrir para que se de el místico encuentro con las musas en esos periodos creativos de Yaneth Hernández?
YH: Para que el proceso creativo se dé, o mejor dicho se inicie, estaría hablando de una serie de aspectos o tal vez manías, (risas), ya que minutos antes de comenzar a escribir necesito estar completamente relajada, antes de abandonar el cigarrillo (hace unos dos años), por lo menos tres fumaba, para enfrentar la hoja en blanco y las emociones del instante.
Influye drásticamente mi estado anímico, para nadie es un secreto mi lucha de años contra la depresión, la cual es caldo de cultivo para canalizar, es cierto que no son precisamente momentos mágicos, pero sí, viscerales, agudos, con marcado acento a la melancolía, la tristeza, incluso a los dolores emocionales muy presentes en mi obra.
Los recuerdos como puente a las vivencias que dejaron honda huella en mi vida, y pensamiento y que de algún modo moldean mi poesía.
El amor y el desamor como como ingredientes insustituibles en la poesía, el alimento que la sostiene, la aviva, la marca y hasta la mata.
EeA: ¿Como alguna vez dijo Octavio Paz: ” La poesía sin amor, es como un ave sin su plumaje”.
YH: La soledad en mi caso es indispensable, he convivido con ella parte de mi vida, somos almas gemelas, sin ella sería imposible la entrega, el desborde de la pasión, de la imaginación, de la fantasía y hasta del llanto. Amo la soledad, la conocí desde niña en circunstancias familiares que fueron adversas para mí, pero gracias a ella puedo encontrarme, reencontrarme, reinventarme y enfrentar los demonios de los errores y fallas que como todo ser humano suelo cometer. La soledad y yo vamos de la mano por el camino altamente exigente de la poesía.
De manera que son un cúmulo de intensas cosas que me llevan al hermoso y encantador proceso de trasladarme a otra dimensión, cuando llega rayando la medianoche o el amanecer, el instante sacro de parir poesía.
EeA: ¿Y después de la expresión, después de volcar aquellos sentimientos de soledad, amor/desamor en la poesía, qué sensación experimentas?
YH: Depende de la temática del poema, en caso de tristeza alivio, dolor liberacion, amor emoción, desamor vulnerabilidad, pero creo que el sentir general es poder tener la oportunidad y la osadía de expresar todo cuanto siento, pienso y vivo, ya que soy de pocas demostraciones de afecto físico y verbal aunque no parezca, tiendo a lo hermético, me gana la timidez, el miedo, la inseguridad y para ser sincera no me siento muy a gusto con el acercamiento físico, aunque he llegado al punto de tolerarlo. Poder contar todo sobre mi mundo desde un ángulo tan delicioso como es la poesía, despierta en mí un singular apego que no creo encontrar en otra forma de interpretar mi vida tanto interna como externa que en la expresión literaria y sus coterráneos.
Hemos escogido el poema “Una taza de calma inglesa” para pedirte que nos contextualices ( si es posible) las circunstancias en que se escribió y sus antecedentes influyentes, de antemano hemos notado una diversidad de imágenes y una exuberante temática.
«Basta con mirar las huellas
Calcinadas de la noche
Para imaginar la soledad de los muertos.
La suave risa de las estrellas
Que se descubren titilantes.
Y por momentos la luna;
en un arrebato de luz intensa
descubre sus senos.
Cada mirada es un misterio.
Clavado en las calles,el perfume indeciso
de los cuerpos exhumados de moteles.
Los abrazos alcanforados,
Los deseos escondidos.
En la plataforma de las inhibiciones y algún ebrio maldiciendo
con su aliento destructivo en la décima hora.
El transeúnte esquivo
y de mal talante,
observa las sombras ajenas.
Aquellas que lo afligen
al quitarse el sombrero luego de un día agitado.
La lluvia limpia los rostros
mientras un poeta con el alma intoxicada
trata de redimir los versos que dejó en la cocina.
La tarde comenzó un amorío repleto de utopía…
Ladra un perro desnutrido
Tose…tose…
Y el eco retumba en el aposento
de una mujer l de piel vetusta,
agoniza luego de hacer el amor con dos soldados que ametrallan vientres.
Termina la oscuridad.
Después de mil leguas de insomnio
me preparo una taza de calma inglesa
y me dispongo a seguir labrando
Lo que queda de futuro»
“Una Taza de Calma Inglesa”, fue escrita bajo una de esas depresiones dantescas que suelo pasar con mucha frecuencia, es un poema de múltiples sensaciones que podría ser comparado con una montaña rusa, donde el escenario de mis emociones cambia con brusquedad y continuamente, hasta cierta amargura dejo colar. Una Taza de Calma Inglesa es mi homenaje a lo inexorable, a como el hombre a través de su prisma más existencialista, se ha dejado devorar por todo aquello que influye en su conciencia, en los diferentes tiempos y épocas.
Soy fiel admiradora de las exageradas formalidades inglesas y mi obra tiende de algún modo a ser sarcástica en la monotonía de los ingleses y en sus críticas más blandas.
Una Taza de Calma Inglesa es un poema tridimensional, obstinado y por momentos con deseos de tirar de la mano de Bukowski. Me encanta jugar, en el buen sentido, con las metáforas exprimirlas y reprimirlas. Una Taza de Calma Inglesa me desnuda, pero me calza de mis propias frustraciones.
EeA: En un sentido amplio; tendrías algún pronóstico para el futuro de la poesía en general, es decir ¿Qué cambios y qué cosas podrían interferir positiva o en forma negativa sobre la poesía?
YH: Creo que la poesía está en constantes cambios ya sea en su estructura como en su esencia, es importante que no quede estática, que evolucione como toda manifestación artística.
La poesía tiene un futuro prometedor con esta nueva oleada de poetas vanguardistas que la revitalizan y le dan esos aires actuales pero sin perder su sangre ancestral.
Pienso que esta nueva generación de creadores, muy estilizada por cierto, asegura una poesía más cinética, visceral y sobre todo con mayores referencias emocionales, vivenciales que son la materia prima de la poesía.
Lo negativo sería su estancamiento y olvidar que el poeta es un cronista de su tiempo y la influencia que tenemos en los lectores, no obviar lo que sucede en nuestro entorno, recordar que tenemos un compromiso social y todo lo que ello implica.
Cada poeta de algún modo puede transformar el alma del mundo a través su prisma único y especial.
EeA: En ese sentido se podría decir que la poesía además de generar cambios emocionales también puede ser motor de cambio social. ¿Qué fórmulas propondría Yaneth Hernández para la masificación de esos motivadores de cambio que subyacen en la poesía?
YH: Tomar mayor conciencia de las vicisitudes que vive el planeta día tras día, no podemos estar aislados de una realidad que nos respira a todos en el cuello y nos invita por su índole sensible participar de manera contundente.
La poesía es una poderosa herramienta comunicacional y debemos hacer uso de ella para contrarrestar en la medida posible, los múltiples problemas que aquejan a la sociedad.
Tenemos la virtud de llegar con precisión y objetividad.
Cada día la poesía debe llamar a la reflexión y a la comprensión más ínfima de los peligros que enfrentamos por la carrera enajenada de llegar a algún lado.
EeA: ¿ De dónde nace el vínculo musical que se evidencia en la poesía de Yaneth Hernández?
YH: Considero que mi poesía, en muchos casos, carece de música, me centro más en la historia que deseo expresar con profundidad y con la metáfora como batuta, reconozco alguna turbulencia pero con la intención de dejarle al lector espacio para la reflexión y la fantasía.
En mi poesía es frecuente la cita de compositores clásicos, tuve la oportunidad de hacer unos talleres de Historia de la Música Clásica en el Conservatorio de Música de mi ciudad, conocí la trayectoria de los grandes exponentes de este género que envuelve y que con su maestría le dieron sonoridad al mundo. Cada compositor que cito en mi poesía muestra el gusto por su obra y la conexión especial que existe entre el autor y ese instante creativo para mí.
La música es importante a la hora de escribir, la clásica y el jazz me elevan y me transportan a otra dimensión donde suelo encontrarme con mis demonios y la necesidad oxigenante de expresar a viva voz y sin rodeos.
EeA: De tu extenso portafolio ¿Cuál de tus poemas nos sugieres en esta ocasión y cuáles serían las razones para tal elección?
YH: Es difícil decidir (risas). Cada poema tiene una historia muy particular y especial para mí, ya que mi obra la inspiran los recuerdos como base principal y mis dolores emocionales.
Diría que el poema “El Silencio deja sus Sandalias”, nació gracias al gran amor de mi vida, ese amor que se tiene y no se tiene. Creo que es el mejor poema que he escrito hasta el momento.
«De repente la noche se hace hiedra en los bordes de tu respiro
y la canela de tus labios aromatiza mi aliento en volutas de miel.
El lucero busca el tálamo en la luna nupcial,
esperando ver las corolas de tus ojos
como lámparas que acompañan los desiertos
y tu pecho exhala una rosa púrpura
armonizada con el fuego que germina en tus arterias.
Si el mundo hace filosofías
con tu piel edificada sobre cimientos de caricias robadas,
entonces yo te amo, decretando mi demencia por ti.
En los más tenebrosos piélagos dejo caer esta pasión perdida
entre las ramas de tu bandullo musical
y son aciagas las horas cuando no siento llegar tus temblores;
hasta el silencio deja sus sandalias en el último escalón de la noche.
Te quiero acá, entre el lino álgido de tu cabellera vaporosa
y los límites de mi boca que invitan a tus labios
a un vals de besos clandestinos.
Deja que explore la oscuridad que te ciñe,
de ella emergerán hadas de luz dorada que bautizarán tus pechos
cuando una golondrina desnude mi barca.»
EeA: ¿Nos adelantas algo de ese proyecto hermoso de la luz del olvido?
YH: Un proyecto en el que he estado trabajando durante cuatro años en colaboración con grandes amigos. El prólogo es una joya de mi admirado y muy apreciado amigo Lúdico. Es un homenaje a mi gran maestro Antonio Machado el título del libro es un poema dedicado a tan insigne poeta español.
EeA: Eso quería comentarte, que en cierta forma elegante, nos salpica Machado quien ha sido referencia necesaria y obligatoria para todos nosotros.
YH: Si, Machado es fundamental en mi obra y de mucha referencia en mis poemas.
EeA: Ya para finalizar esta entrevista maravillosa ¿ Donde podemos conseguir los lectores la poesía de Yaneth?
YH: Público en muchos grupos de Facebook y en mi muro. Aún sigo trabajando en lo que será mi primer libro La Luz del Olvido. En Google también pueden ubicar parte de mi trabajo. En Poemame, Tierra de Poetas y en mi página Yaneth Hernández en Facebook.