Por. Nahomi Martínez
nahomimartinez@eeamagazine.com.ar
Sasha Minovich, es un joven artista visual nacido en 1997 en la Ciudad de Buenos Aires. Minovich participó del programa de artistas de la Universidad Torcuato Di Tella (Argentina) durante 2018 y 2019, ha recibido varias becas de formación entre 2015 y 2019 entre las que se encuentran Mundo Dios, Proyectarte, Residencia MANTA y Yungas. Sus obras han sido expuestas en el Museo MARCO (Museo de Arte Contemporáneo de La Boca), Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), Museo del Mar (Mar del Plata), Actualmente se encuentra en exhibición Pintor en el Centro Cultural Recoleta (Buenos Aires).
Pintor, llamó especialmente mi atención en una reciente visita a El Recoleta, la definen como una exhibición que, de manera intuitiva, investiga la relación de su práctica como pintor de interiores con la de pintor de caballete, mediante una instalación formada por pinturas veladas casi a blanco, apenas perceptibles a la vista, poniendo en juego los límites de la pintura y la percepción del espectador. Mi primera impresión sobre la obra y el artista estuvo prácticamente enfocada en la capacidad de reinterpretación y armado de una propuesta que invita a detenerse, mirar con atención y experimentar la grata sorpresa de tener en frente una inteligente y hermosa conceptualización del tema utilizado por el artista, como pintor de caballete y pintor de interiores, para desarrollar su obra en este marco de La Bienal, en la que es exhibida.
De la misma manera, mientras disfrutábamos de esta instalación, nos encontramos con espectadores que están frecuentemente en la búsqueda de un concepto obvio y que frente a una sala monocromática, salían de ella sin poder reconocer el valor de la propuesta. Son a estos espectadores a los que detenerse en este tipo de obra podría brindarles la oportunidad de ampliar su opción de consumo y disfrute del arte contemporáneo.
Más allá de esta interesantísima instalación que sobresale conceptualmente en la propuesta completa de El Recoleta, conversamos con Sasha sobre sus procesos, búsquedas y su participación en La Bienal. Los invitamos a disfrutar de la entrevista para Expertos en Arte FD Magazine con este joven artista que se abre paso en el circuito de arte con inteligencia, honestidad, sensibilidad y simpatía.
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| Pintor en el Centro Cultural Recoleta. Sasha Minovich |
EeA: ¿Cuál es tu primer recuerdo relacionado al arte?
SM: Mi primer recuerdo de las artes en general creo que es mi abuela llevándome al teatro de pequeño a ver obras infantiles. En relación a las artes visuales recuerdo cuando tenía 12 años mi hermana me llevó a ver la muestra de Warhol al MALBA. La verdad no entendí nada. Ella era la única en mi casa con quien tuve un acercamiento al arte contemporáneo.
EeA: ¿Qué momento o situación te hizo decidir transitar el mundo del arte visual?
SM: No sé si fue un momento, me parece que fue más bien un proceso y años de formación. De todas maneras podría decir que mi primer acercamiento cara a cara fue cuando hice la beca Proyectarte, una beca de formación para artistas sub-18 que contaba con un cuerpo docente maravilloso de artistas y curadores como Silvia Gurfein, Max Gomez Canle, Luis Terán, Sebastián Gordín, Leandro Tartaglia, Silvana Lacarra, Mariana Rodriguez Iglesias y Máximo Jacoby. De cada unx me llevé algo que sigo guardando hasta el día de hoy con mucho cariño. Cada clase era una apertura enorme a lenguajes y formas de pensar muy complejas, llevado adelante de manera ultra pedagógica, cosa que nos adentrásemos a una forma sensible de entender nuestra práctica. Fue un espacio de mucha contención en mi adolescencia, también ahí tuve mi primer taller y tuve mis primeros intentos de hacer obra, hoy diría que no me salió -risas-. También, con algunxs compañerxs íbamos a inauguraciones que aparecían en eventos de facebook, sin conocer a nadie, medio que íbamos a emborracharnos gratis. Ahí creo que sin darme cuenta empecé también a generar un criterio y un interés más profundo por el medio.
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| Compartir. Óleo sobre tela. 15 x 15 cm. 2017 |
EeA: ¿Cuáles dirías que son tus influencias o referencias más directas? estéticas o conceptuales.
SM: Gente viva no mucha la verdad. Tengo una carpeta de referencias en mi computadora donde guardo lo que me llama la atención mirando en internet y en libros, pintura flamenca, el barroco, el rococó, el manierismo, la escuela del Río Hudson, el romanticismo, son todos períodos con preguntas pictóricas y conceptuales que me atrapan pero no diría que son mis influencias en relación a lo que hago, sino más bien a lo que consumo. Me gustan mucho las pinturas bucólicas de Rosa Bonheur y su trazo sensible, es una pintora que admiro de cabo a rabo, ahí supongo que sí encuentro una referencia estética y conceptual.
EeA: ¿En qué se basa tu proceso y búsqueda creativa?
SM: No podría decir que está basado en algo, no es que intento atrapar o buscar algo que no consigo y eso mueve la rueda. Es como que el hacer mismo me va abriendo preguntas, generando encuentros, a veces de lo más locos, que elijo seguir indagando. También sigo en constante formación y en constante encuentro conmigo mismo desde el hacer. No creo que tenga un estilo ni un método y aunque tal vez sería más sencillo así, simplemente no me sale. Trato de pensar mis presentaciones como puestas en escena tal vez, es algo que sigo tratando de entender haciéndolo. A veces hay un solo personaje, otras un gran coro. Estas puestas en escena me ayudan a pensarme a mí y a mi obra.
Cito a Maryette Lydis: “Y me da la impresión de que miento cuando digo que trabajo. Trabajo me suena a cosa desagradable, a obligación. Dibujar o pintar no es una obligación sino un privilegio. Porque nada es más despótico que el arte: ¿vas a abandonarlo, a postergarlo acaso? No. Es él que te abandona y te posterga.
El artista es de alguna manera como un nadador; no importa cuánto ni qué tan bien aprendió a nadar. Importa que nade; si para, se hunde.”
EeA: ¿Cómo describirías la sensación de mostrar tu obra? ¿Cómo manejás la crítica?
SM: No sé si me produce algo en particular o si siempre es lo mismo, no lo pienso mucho la verdad, siento que es parte de lo que hago, como una pieza del engranaje del trabajo del artista.
A la crítica la entiendo como un ejercicio de filtrar lo que me dicen. Oigo todo y tomo lo que me sirve. Mucha gente proyecta lo que le está pasando en su vida en algunas palabras que pueden ser hermosas o con saña, la cuestión está en ver quién te dice qué y cómo, no?
EeA: Como artista joven con un interesante recorrido, ¿Qué opinás del mercado de arte en Argentina?
SM: Creo que es muy difícil vender obra y más todavía vivir de eso. Mi recomendación a lxs artistas jóvenes leyendo esto sería que se consigan otro trabajo para sostener su práctica como artistas, no pensar que la venta va a permitirles vivir y si lo hace saber que no dura para siempre. Por mi parte sostengo que no hay que tener jefes. Yo trabajé de pintor de interiores los últimos años para sostener mi día a día y si bien no es lo que más me gusta siempre pude pagarme mis cosas. Ahora en marzo comienzo a dar clases de dibujo y pintura en mi casa. Encuentro ahí una sensación gratificante por demás, sin contar que es una forma de pintar y transmitir lo que sé. Es una fortuna enorme vivir por y para mi obra.
EeA: Contanos un poco sobre tu experiencia en La Bienal de este año, cómo fue el recorrido y qué significó para vos la experiencia.
SM: El proceso fue desde el mes de junio. Trabajé en un espacio de taller ubicado en el Centro Cultural Recoleta acompañado por mis tutores: Alejandra Aguado, Juliana Iriart y Pablo Siquier. Tres personas maravillosas con las cuales pude abrir mi proceso en un espacio muy cuidado. Fueron sagaces y tuvieron mucha generosidad a la hora de dar devoluciones. Experimentando con distintas materialidades, tuve la oportunidad de reflexionar sobre mi oficio: pintor de interiores para sostener el día a día y pintor de caballete por vocación. Eventualmente, comenzaron a surgir pinturas figurativas sobre nylon cristal, el plástico utilizado por pintores de interior para no manchar el suelo. A partir de ahí surgió el resto de la exposición. La experiencia significó, por un lado, un cambio de paradigma en relación a mi exposición y la de mi obra. Por el otro, una ruptura muy contrastante con lo que venía haciendo, esto es, pintura al óleo clásica.
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EeA: ¿Qué planes tenés para este año.
SM: Lo próximo que sigue es ArteBA, para donde estoy trabajando una serie de pinturas al óleo que se hilan con lo que hice en las pinturas de La Bienal. Luego en octubre tengo una muestra individual en la galería Montegrande, en Santiago de Chile. Eso es todo lo que puedo contar por ahora.
Más de Sasha Minovich
Actualmente participa en la beca Yungas 2019
Participó en el programa de artistas de la universidad Torcuato Di Tella 2018 – 2019.
Entre las principales exposiciones colectivas de las que participó se encuentran El gesto de la hiedra (Vigil Gonzales Galería, 2020), Una historia de la imaginación en la Argentina (MAMBA, 2019), Brazos de pulpo (Museo MAR, 2019) y COVER (Museo MARCO, 2018).
Entre sus exposiciones individuales se encuentran Pintor (Centro Cultural Recoleta, 2019), Todo aquello que está afuera me abruma y me contiene (La Sede, 2018) y Primeras Impresiones (Asociación Argentina Amigos de la Astronomía, 2017).
Participó de las becas de formación Cercanías (Mundo Dios, 2018) y Proyectarte (2015, 2016) y de la residencia MANTA como artista invitado (San Martín de los Andes, diciembre 2018).
sashaminovich@gmail.com
www.instagram.com/sashaminovich
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