“Volver a abrir el secreto de la montaña”
Por. Nahomi Martínez
Como un tornado creativo, sensible y muy crítico, Heli Rucco se mueve entre los distintos roles de un artista que ha tenido la posibilidad de manejar -y manejarse- en distintos espacios y áreas de la escena visual. Es así, como esta artista, se pasea con comodidad entre la introspección y la reevaluación de conceptos, con lo cual, sus planteamientos conceptuales están generalmente vinculados a su necesidad de analizar y dar espacio a la libertad que circula en la interpretación personal de cada uno y los caminos que nos llevan a interpretar el arte y los procesos, tal como lo hacemos.
En esta primera entrega de un Ciclo de Entrevistas Exclusivas con curadores argentinos, contemporáneos, complejos y apasionados, Rucco nos deleita con sus palabras, sus ideas y su necesidad de ampliar el camino de la percepción del arte y del artista.
EeA: ¿Qué te movió a realizar la curaduría de esta muestra?
HR: En primer lugar me movilizó el contexto en que se iba a inscribir: un festival cuya finalidad, es apoyar una asociación sin fines de lucro “El Puente Posible”. La ONG trabaja por la inclusión de niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad, a través de la práctica de un deporte, el Hockey, subsanando, como lo dice en su página web, su doble subsunción de clase y género. Si lo pensamos desde un lugar bien realista, los varones en cualquier lugar hacen una pelota con cualquier cosa y juegan al fútbol sin mayores problemas logísticos. Esto es muy positivo, con lo importante que es el juego en la infancia como estructurador psíquico. Hay una especie de sueño compartido por una gran parte de Argentina, al cual, los niños no son ajenos, que es llegar a ser un “Crack”. En el fútbol Argentino, los reconocidos “cracks” son los hombres. Creo que es muy astuto que teniendo un equipo de Hockey tan importante comoLas Leonas, se incentive la participación de las niñas en este deporte. El sueño de ser un “crack” del deporte no debe, en mi opinión, tomarse ni a la ligera ni con total literalidad, como decía, el rol del juego es esencial en la estructuración del psiquismo. Allí un niño puede elaborar de diferentes maneras sus vivencias en un espacio y tiempo determinado, con la seriedad que el juego infantil tiene. Entonces ser un “crack, entendido como ser “bueno en algo”, se traslada mentonímicamente a otras aspiraciones. Es así que no sólo se juega al Hockey.
Estamos en un país atravesado por las problemáticas de género y El Puente Posible es un lugar que presenta una solución preventiva donde poner la lupa para nutrirnos de estas iniciativas. Las actividades artísticas llevadas a cabo en el Club Cultural Matienzo, el pasado 09 de abril, en donde se presentó la proyección de “Stop Non Stop Loop. Volver a abrir el corazón de La Montaña”, junto con las bandas increíbles que se presentaron, los talleres y demás actividades, creo que son una manera muy potente de poner la lupa. Aclaremos que, todos los artistas que participaron, donaron su trabajo para hacer vibrar y mostrar a esta organización. En tal sentido, creo y siempre creí desde que empecé mi carrera de Artes Visuales en el UNA, y está presente en mis trabajos anteriores, que el contenido artístico, las artes hacen un perfecto ensamblaje con las causas sociales, y es una de las vías de escape a la pregunta por la elitización del arte.
EeA: ¿Por qué consideraste el uso de gifs y loops para esta muestra?
HR: Si venimos hablando de una propuesta inclusiva, ¿Qué imagen más sociabilizada que los gifs? Compiten cabeza a cabeza con los memes. Los veo como los herederos de los ideales del grabado o la reproductibilidad técnica que postula Bemjamin, pero potenciados. No hay original ni copia. Circulan, más grandes más pequeños, por todos lados, y son una realidad social. Y esto enfatiza el punto de la pregunta anterior.
Claro que en la proyección en el auditorio del Club Cultural Matienzo hubo algo de aurático al presentarlos en la escala de una pantalla de 6 metros, en una sala de proyecciones durante un solo día. Subrayemos sinembargo la palabra algo ya que la experiencia puede repetirse en contextos distintos con un pendrive y un proyector.
Por otro lado, las proyecciones debían tener lugar al mismo tiempo de una completísima grilla de músicos (gracias a la enorme convocatoria que tuvo el evento con las bandas y solistas que se prestaron para apoyar a la ONG), si hubiésemos presentado videos como se pensó originalmente, competiría el sonido del auditorio con el sonido de la sala principal. Fue entonces que recordé el proyecto “Patio de Salvataje” de los artistas de “Desarmadero”, en donde, había participado de la convocatoria de Gifs (había también una convocatoria de video) con un gif del proyecto “Explicit Content”, dándole una entidad de obra a lo que venía usando como un juego o complemento de otras obras. Este formato haría de una limitación técnica, una opción curatorial. Por supuesto, los artistas de Desarmadero tenían que tener un segmento especial en esta propuesta. Por suerte aceptaron y me puso muy contenta, ya que son muy buenos artistas (vean la página de desarmadero.org), luego me fui enterando de que hay festivales como el FILE en Brasil donde los gifs tienen una impronta muy grande.
Por último, la razón estrella para utilizar los gifs, que es la que termina de cerrar la decisión de llevar adelante el proyecto, es más metafórica. Ese loop, que tiene la capacidad de ser interminable es una sensación muy concreta de repetición que acontece en la realidad. Es algo del malestar en la cultura, una problemática que se repite sistemáticamente, esa que nos interpela por la responsabilidad social. Decidí que el formato gif iba perfecto para este festival, ya que la infancia y la adolescencia es esa responsabilidad que tenemos como sociedad y que siempre deja un sector en desventaja con respecto a otro, como un loop interminable. Una de las profesiones imposibles es gobernar dice Freud. Sin embargo, prefiero mantenerme positiva para no eludir la parte que me toca.
Invito a pensar que podemos elegir ir poniendo “stops” a esos loops, variar las repeticiones, como lo hace con sus actividades la ONG que nos convoca. El texto curatorial hace de esa invitación algo más visceral con la frase: “Volver a abrir el corazón de la montaña”, luego de traer a colación el texto del flautista de Hamelin, como mito fundante que, se relaciona con estas reflexiones. En el cuento de los hermanos Grim, el flautista se lleva a los niños de una ciudad y los encierra en una montaña porque los gobernantes no cumplen un pacto. Mi pregunta frente al cuento es ¿Y la gente de Hamelin, no intentó ir a romper las paredes de las montañas? ¿No hicieron la parte que les tocaba frente a la injusticia? ¿No hacemos nada para detener ese loop? Quien esté un poco familiarizado con el cuento, recordará al niño con muletas que no alcanzó el paso de los demás niños que seguían al flautista. El rol de ese niño fue ver y contar.
Un poco la parte que le toca al arte, ¿no? Incluso cuando sea arte de acción, sólo puede accionar sobre una parte de la realidad que sea ejemplificadora. Y ese también, es un intento de stoppear el loop.
Por último, la premisa de que la curaduría esté atravesada por de sensación del loop, me dio la posibilidad que la convocatoria sea amplia y diversificada, con obras que no necesariamente hablaran de modo literal de la infancia. Incluso, me dio la posibilidad de incluir el trabajo de Santiago Gasquet, que no es un gif, sino un video, que utiliza la repetición casi circular.
EeA: ¿De qué manera crees que influye la digitalización en la preconcepción de la producción del arte?
HR: Cuando me preguntan por la palabra digitalización me acuerdo de todos los profesores de la carrera diciendo que la materia “digitalización de imágenes” estaba mal nombrada, porque eso podía aludir tanto a escanear una foto como a la realización de una obra. Un poco como si nos preguntáramos por la pintura pensaba yo: ¿De qué hablamos cuando hablamos de pintura? ¿De pintar una pared a lo pintor de brocha gorda, de hacer un cuadro de caballete, hablamos de action painting, etc?
Mi respuesta a esta pregunta que me hice varias veces, siempre tuvo que ver con tener a la tecnología digital como herramienta aliada para producir discursos visuales. Sobre todo hoy en día que las barreras entre las disciplinas son tan lábiles. Entonces, la tecnología digital viene a darnos más opciones de producción y de circulación de la obra de arte.
Cada día somos más (aunque obviamente no todos) por ejemplo, los artistas que bocetamos y pensamos la composición utilizando software de edición de imágenes. Es una herramienta muy buena como para no usarla, aunque, tengamos que hacer el salto del boceto de color luz de la pantalla a un cuadro pintado con color de mezcla pigmentaria, o a la tinta de grabado, lo que sea. Es como si se nos diera una infinita capacidad de probar imágenes distintas en un mismo espacio sin recurrir a pentimentos. No faltará quien extrañe los pentimentos, pero como siempre, una opción no anula la otra.
Esta es una de las combinaciones posibles, la nombro porque es mi preferida, pero lo mismo amplía las posibilidades de la fotografía, del video, del cine, la animación (repito, sin que la utilización de una deje perimida a los medios analógicos), la escultura, etc.
Con respecto a la circulación, gracias a la tecnología digital copias de los originales de las imágenes pueden llegar a más lugares, más rápido, combinados con una cantidad impensable de otras imágenes. Esta posibilidad está ya dentro de nuestro sentido común, pero es bueno recordar que no siempre fue así. Y por supuesto, existe el caso de los gifs (lo que nos convoca) y otras obras que prescinden de una salida física tangible en donde no hay original y copia. No es que no se pueda distinguir el uno del otro, sino que son categorías que ya no nos competen en estos casos. Es información que circula.
EeA: De qué manera lograste unir el trabajo de tantos artistas visuales, con perfiles artísticos y profesionales tan nutridos?
HR: Como comentaba anteriormente, la premisa era que debía ser una obra que tuviera la posibilidad de repetición circular. Aquí dejé un lugar muy amplio para que cada artista pudiera producir con mucha libertad. Es decir, no elegí piezas específicas, aposté a recibir el material y a unirlo como asociación libre, contando un relato que uniera cada gif a otro, ya sea, por un aspecto formal o temático. No se si volvería a repetir la misma manera de armar un discurso. En este caso, me pareció muy válido, ya que, la proyección estaba pensada para un espectador que iba a estar participando de varias actividades simultáneas y que no se quedaría a ver media hora completa de gifs (que loopeó durante todo el festival) por lo cual, debía trabajar hipotéticamete con un espectador con un span de atención muy corto. Con que se quedaran con la idea de repetición circular (que puede potencialmente repetirse hacia el infinito o cortarse cuando el espectador se va de la sala) era suficiente. Lo que sucedió, es que ¡muchos vieron la media hora completa, lo que al principio me sorprendió, luego me pareció más natural.
La convocatoria alcanzó a artistas muy buenos, con los cuales disfruté mucho trabajar. Otra característica de la selección, es que son artistas que son más conocidos por trabajar desde distintas disciplinas. Muchos tuvieron que investigar cómo hacer un gif, otros vinieron a mi taller a aprender. Lo cual refuerza la idea que las disciplinas artísticas se han diluido y los artistas son hábiles investigadores de técnicas y prácticas sobre las cuales armarán su discurso. Dicho de otra manera, tienen la habilidad de construir su propia técnica según sea necesario.
Otra cosa que me interesó de particular manera, fue buscar algunos artistas que dirigen galerías de arte o se desempeñan como curadores y/o gestores, ya que, eso describe la situación de muchos artistas locales. Admiro mucho esa característica de aquellos que no se rinden ante el vacío institucional y enriquecen la oferta cultural con propuestas novedosas.
EeA: Para vos, ¿Cuál es el elemento es el más relevante que debe tener un curador en la actualidad?
HR: Debo confesar que no me animé a responder esta pregunta sin investigar un poquito más. La figura del curador ya no es una figura nueva, pero no hace tanto tiempo que estamos familiarizados con ella, por lo que me cuesta definirlo, a sabiendas que también, es una figura que a veces se desdibuja. Esa pérdida de límites no tiene por qué ser peyorativa. Sin embargo, no quería abonar estereotipos. Consulté mis libros y catálogos para recordar las curadurías que me habían dejado una buena impresión como “Romantismo, a Arte do Entusiasmo” del MASP, la de Roy Lichtenstein “Kunst als Motiv” en el museo Ludwig en Colonia, la muestra “Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido” en Proa y charlé brevemente con algunos curadores como Evelyn Sol Marquez, Lena Szankay, Santiago Rueda, Pablo De Monte y Karina Acosta (a quien le pedí que me enviara algo de su trabajo curatorial que siempre me resultó muy atractivo). Si bien, obtuve becas de la universidad para la gestión de una curaduría, trabajé en dos galerías de arte contemporáneo, colaboré con un espacio alternativo de arte y me desarrollé como directora de proyectos institucionales de una de esas galerías, sentí la responsabilidad de contestar escuchando a personas que saben más que yo. De todas esos intercambios generé mi respuesta, de la cual los eximo de ser responsables, pero quiero darles el crédito de ayudarme en la búsqueda.
Comenzaré por intentar definir un poco al curador como a aquel que va a dar cuenta de lo que se selecciona y combina en una muestra de artes visuales. Su figura se vuelve relevante hacia el fin de la tradición y la ausencia de una verdad unívoca. Podemos pensar que la obra siempre ha estado unida a un texto, por ejemplo, a la biblia en la Edad Media, a los Manifiestos en las vanguardias, todos ellos ligados a una única y permanente manera de entender a las artes. En tal sentido, el curador contemporáneo es el que va a dar el encuadre y el sentido de la muestra, a través, del entramado de un texto.
Tendrá una razón y un discurso de porqué esas obras están allí y diciendo qué cosa. La diferencia radicará en que será un discurso provisorio que ponga en juego alguno de los temas que mueven a nuestra época.
Bien, ahora para empezar con las características, debería resaltar el estar atento y poseer un sentido crítico de la actualidad. Santiago Rueda y Lena Szankay coincidieron en que un aspecto clave es la honestidad para uno mismo (en el rol de curador), para con los artistas y el público. Respuesta que respaldo, y por algo la traigo a colación. Al respecto, me parece adecuado mencionar un ego bajo para no comerse la obra de los artistas en su nombre. Para ello, siempre funciona tener mucha información de la historia del arte y de las nuevas experiencias artísticas contemporáneas, a la vez que curiosidad y un espíritu inquisitivo, que le permita estar al tanto de otras áreas de la cultura y del saber. Pienso que debe tener flexibilidad, para poder dialogar entre lo que pide una institución o el mercado y lo que necesita la pieza curatorial total. En este punto, Evelyn Sol Marquez, en su experiencia, refiere que la capacidad de negociación con la institución, los diseñadores, los artistas es una cualidad que se debe desarrollar. Por supuesto, que, en contraparte con esta capacidad de negociación, existen ejemplos en donde el curador puede tener más libertad de acción, como me ejemplificó Karina Acosta en la curaduría ORO dos, en una casa abandonada donde se distribuyeron las obras de Ayelén Coccoz, Acosta-Toledo, Lihuel González, Daniel Martínez y Rosana Simonassi.
Por último y como para cerrar, al saber que las elecciones nunca son inocentes, debe estar muy consciente del poder que tiene el enunciado total de la muestra que puede cambiar la connotación de la obra individual.
EeA: ¿Qué actividades artísticas tenés planificadas para el 2017?
HR: En los próximos meses tengo planificado dos murales, uno en Ramos Mejía de la serie “Para Ir” de murales comunitarios, participativos y multidisciplinarios. Otro con el mismo espíritu pero de otra serie, en Caballito. Estoy escribiendo un ensayo que me gustaría destacar, ya que, encontré una obra de Alejandro Thorton que es fantástica para unir conceptos de arte, retórica y psicología (que son mis dos carreras). Estoy dando clases semanales de dibujo, pintura y grabado en mi estudio, A partir de junio estaré dando seminarios abiertos y gratuitos, los próximos planeadas serán: Un acercamiento a “Más allá del principio del Placer” de Freud a través del espíritu del Romanticismo, y en julio La búsqueda de lo simbólico en la pintura a través del estudio del Libro Rojo de Carl Gustav Jung. Voy a ir publicando las fechas en la página de mi taller www.facebook.com/HeliRucco/
Además, estoy ampliando el proyecto Explicit Content que comencé el año pasado. Luego me iré sorprendiendo con lo que vaya sucediendo en el año, pero todo va a ser publicado en la página del taller, por supuesto.
EeA: ¿Qué es el arte para vos?
Es imposible salir indemne de esta pregunta, responda lo que responda. Podría usar las mismas estrategias que con la pregunta de las características del curador, hablar con decenas de amigos artistas, mirar obras de los artistas que más me interesan, hacer un repaso histórico y aún así no podría dar una definición que crea que va a perdurar en el tiempo para mí. No es lo mismo lo que pensaba del arte antes de empezar la carrera de artes visuales, al terminarla, al comenzar a trabajar en galerías, ha cambiado incluso ahora que estoy estudiando psicología. Hasta ahora lo que experimenté, es que es una definición muy mutable para mí. Hoy en día estoy tan atravesada por Freud, que me animo a contestar que es un medio para que la fantasía no se vuelva en un síntoma fóbico o conversivo… pero es ridículo y estoy haciendo un chiste. Aunque, es verdad que el arte es un hermoso destino para el síntoma. Sí, más de uno ha alabado el síntoma de algún célebre artista, créanme.
Pero claro que el arte va más allá de esta respuesta. Me gusta la metáfora de que el arte es un espejo de lo social, pero un espejo medio Lacaniano, en donde el Otro nos muestra una versión de nosotros mismos, menos fragmentada, pero como todavía debo pensar bien en esa metáfora voy a seguir eludiendo elegantemente esta respuesta, para no quedarme atada a ella, y para que nadie se quede atado a una respuesta. Y en ese sentido, mi actitud es un poco irreverente, porque hay todo un circuito con instancias e infraestructura dedicada a decir lo que el arte es y no es. Prefiero seguir eludiendo la respuesta a ser parte de ello.