Los diversos públicos, al mirar de forma desprevenida la obra, sienten que esta –inesperadamente y por la fuerte empatía que despierta- les atrapa. ¿Por qué? El común denominador en la respuesta a esta pregunta (dicha por asistentes a sus exposiciones) no es otra que por el “verse reflejados en esos dibujos sencillos pero a la vez dicientes que representan momentos cotidianos, diferentes estados emocionales enmarcados en el transcurrir rutinario del tiempo”.

A Pérez Rendiles, a quien su representante Jaime Ruiz Montes lo describe físicamente como “inmenso”, la vida le ha traído y llevado –aprovechando el pretexto de las “Caritas” que pintaba desde muy joven en cuanto papel su duende creador le ponía al alcance- por continentes, países y ciudades, compartiendo esa elemental forma suya de plasmar los estados de ánimo que al momento de garabatearlas le acompañaban.

El éxito pictórico y escultórico en Colombia y el exterior de este empresario que por esas “vueltas que da la vida” se vio metido en un círculo –el del Arte- que jamás imaginó pudiera tener un sitio para él, ha sorprendido a todos.

“Sus distintos personajes” –comentan algunas de las reseñas que en diferentes medios se han publicado sobre su obra-, “expresados casi simultáneamente de manera antagónica: gordos-flacos, tristes-sonrientes, calvos-peludos, de frente-de lado, ojos rasgados-ojos grandes entre otros, hacen que el espectador observe y comente de manera inmediata sobre la ‘Carita’ que específicamente lo atrae y lo transporta –psicológicamente- a una vivencia personal. O” –agregan- “a buscarle un parecido casual con alguna persona conocida, permaneciendo las distintas imágenes de las obras en su memoria individual y/o colectiva”.

Miguel Pérez Rendiles, no obstante que a raiz de la pandemia del Covid-19 le tocó quedarse a vivir en los Estados Unidos, esto –al parecer de quienes le conocen- es un decir ya que se mueve de manera constante por el mundo en planes de negocios, de placer, o del altruismo que donde él vaya y como sombra se le pega.

“Es una persona extraordinariamente magnánima”, infieren las diversas notas responsables de que sus “Caritas” tengan un lugar propio en la plástica internacional. “Como buen caribeño es alguien simpático, bromista. Risueño” –aseguran las mismas tras entrevistarlo. Convive con sus incontables nietos que no son otros que los hijos de sus empleados y de sus allegados con quienes de forma alterna y permanente viaja a los destinos turísticos que le sugiere el mundo y/o a las diferentes exposiciones que aquí y allá le agenda su representante.

La primera participación como expositor en las técnicas de pintura y dibujo la tendría Miguel en Bi Arte (Colombia, Medellín, 2018) y de ahí continuaría llenando su personal hoja de vida aceptando las invitaciones que se le harían para que tomara parte en las muestras individuales y colectivas de Bucaramanga, Santiago de Cali (Arte Aparte), Museo Casa Grau donde compartió créditos junto con artistas de renombre como Germán Tessarolo, Augusto Rendón, Hernando Vergara, Clara Inés Gálvez de Gutiérrez, Ángel Loockart, María Inés McAllister), en la individual de Davivienda-Bogotá.

El año 2019 fue importante para Miguel pues es cuando traslada sus ‘Caritas’ del papel a la escultura. Con ellas y en calidad de invitado hace presencia en el homenaje nacional al maestro cartagenero Enrique Grau Araújo. En Barranquilla cuelga su obra, de manera individual y con extraordinaria concurrencia, en el selecto Club ABC. Pompano, ciudad de La Florida (USA), lo llama y allí, en la colectiva que incluye su nombre, comparte honores con quien quizás es el pintor vivo más importante del mundo: Fernando Botero. Madrid, Toledo, Venecia, Roma, Barcelona, Sicilia, Estocolmo, Moscú, Ciudad de México, Lima, Alexandría (Rumanía), Arequipa –dan cuenta los artículos- lo han tenido en sus diferentes eventos. Así mismo el Centro Cultural Reyes Católicos de Bogotá que lo anunció con grande beneplácito y la Feria Bi Arco de Armenia (Quindío) que lo presentó como su Invitado Especial Internacional.

La colectiva ‘Encuentro de 2 mundos’, adelantada en el Museo del Tequila en la ciudad mexicana de Guadalajara, también se dio el gusto de contar con su nombre y con su obra. “La serie ‘Caritas’ –asegura su representante- “seguirá atendiendo las diferentes invitaciones que para lo que resta de 2021 tiene Miguel Pérez Rendiles, el empresario venezolano que desde muy joven -sin tener idea de por qué lo hacía- de modo compulsivo pintaba caritas (no dibujaba nada diferente), catarsis que le facilitaba exteriorizar -en esos instantes- los estados de ánimo que lo dominaban.