Más que deseada es la propuesta de ceroveinticinco de hacer un ciclo con lo más representativo, reconocido y respetado del jazz en la última década (o más), es así como este Jazz Night inició con Richard Bona en un Teatro Coliseo a reventar, seguirá con el gran Herbie Hancock en el Luna Park el 14 de noviembre, el 29 con Branford Marsalis y cerrara con Victor Wooten el 10 de diciembre, ambos en el Coliseo.
Este ciclo de primerísima calidad viene a demostrar, entre otras cosas, el lugar ganado por la movida de Jazz en la ciudad. Género que nace y se consume en espacios ya icónicos con una amplitud interesante en el rango etario de los que la hacen y los que la disfrutan como público.
Richard Bona, oriundo de Camerún, eminente bajista y cantante, es un referente en el mundo del Jazz no sólo por su inmensa calidad interpretativa sino por mezclar con total maestría, ritmos africanos, latinos con Jazz.
La noche entera pasó entre chistes inesperados, demostraciones de amor de sus seguidores, muchísima gente joven que llenó a pleno un Coliseo al que le esperaba más Jazz esa noche.
Con chistes de muchos estilos y formas, Bona dejaba en evidencia que lo que logra transmitir con su música es su personalidad cálida, envolvente, encantadora e inteligente, tal como lo refleja tema tras tema, junto a su banda, conformada por el cubano Dennis Hernandez en la trompeta, el italiano Ciro Mana en la guitarra, y los franceses Michael Lecoq (teclados) y Archibald Ligonniere derrochando virtuosismo en la batería.
