Por Nahomi Martínez.
Frank Albrecht Nació en Buenos Aires, Argentina en 1998. Desde muy chico se vio interesado en la composición musical, la guitarra, el bajo, el piano y la batería. Años después, completamente autodidacta, comenzó a producir su propia música usando su computadora.
Este joven músico, ya cuenta con el apoyo de sponsors y clientes que apuestan por las nuevas generaciones de músicos argentinos. El 6 de agosto de 2017 fue el lanzamiento de su primer disco “Colección de Sueños”, disponible en Spotify y Soundcloud.
Actualmente, estudia “Film Scoring”, “Videogame Scoring” y composición en Berklee (Boston, EEUU), una de las mejores universidades más prestigiosas del mundo. Hoy tenemos el gusto de compartir una especial entrevista para ahondar en sus procesos creativos, sus influencias y su proyección, luego de su primera producción discográfica.
EeA: ¿Cuál es el primer recuerdo que tenés asociado con la música?
FA: El primer recuerdo que tengo asociado con la música es con mi papá, yo era muy chiquito. Él siempre tocó muchos instrumentos, y ese día estaba jugando conmigo con un tambor de lenguas que tenía. Básicamente es como una cajita de madera con diferentes huecos y formas en la superficie, que se golpea con palitos y cada forma que golpeas produce diferentes tonos. Me acuerdo que estábamos sentados juntos, y él tenía mis dos manos agarradas, ayudándome a agarrar los palitos, y mostrándome como tocar. Una vez que entendí cómo funcionaba, yo le sacaba las manos para poder tocar sólo.
EeA: ¿En qué momento de tu vida supiste que querías ser músico profesional?
FA: La música siempre estuvo muy presente en mi vida, pero nunca pensé que sería algo más que un hobby. La idea que yo tenía (y que mucha gente tiene) es que la única forma para ganarse la vida haciendo música, es ser la persona suertuda entre un millón que se hace famosa y millonaria, y que si no es imposible. Pero, aproximadamente un año y medio antes de graduarme de la secundaria, conocí y me obsesioné con la música de Gustavo Santaolalla a través de un videojuego en el que él trabajó, llamado “The Last of Us”. Esa fue la primera vez que realmente me puse a pensar en el concepto de componer música para películas y juegos, y me llamó mucho la atención.
Por diversión, empecé a componer música parecida a la suya usando mi guitarra y programas de computadora. La primera de estas canciones que hice no me gustó nada. Las próximas que hice tampoco, pero poco a poco me disgustaban menos, y componerlas me encantaba. Ya estaba prácticamente decidido a estudiar administración de empresas en la universidad, pero me propuse lo siguiente: iba a seguir armando estas canciones, y si para fin de año las últimas sonaban mejor que las primeras que había hecho, significaría que yo estaba mejorando. Y si yo estaba mejorando, significaría que tenía el potencial de seguir y ser aún mejor. Y si realmente tenía ese potencial, entonces decidiría dedicarme profesionalmente a componer música para películas, series, publicidades y juegos. Pasó el tiempo y resulta que las canciones que hice alrededor de ese fin de año sonaban mucho mejor de lo que imaginé, entonces decidí que iba a estudiar esto. Encontré que ofrecían esa carrera en Berklee y después de muchas idas y vueltas, audicioné en 2015 y entré, siempre con el apoyo de mis padres.
EeA: ¿Cómo se fue dando la transición a la composición?
FA: Toda la vida me encantó componer, siempre fue la parte más atractiva de la música para mí. Siempre inventé mi propia música, desde que aprendí a tocar mis primeros instrumentos cuando era chico. Pasé por un par de bandas con amigos, en una cómo guitarrista y otra como baterista, pero siempre fui el que componía las canciones que tocábamos. Además, siempre creé mi propia música de diferentes géneros usando mi guitarra y los diferentes programas de producción que me bajé en la computadora, y como dije eventualmente mi enfoque se movió hacía componer música para películas, primero como la de Santaolalla y después buscando mi propio sonido. Lo que sí, es que siempre compuse de oído, prácticamente sin conocimientos de teoría musical. Recién cuando entré a Berklee fue cuando aprendí nuevos conceptos teóricos que más y más puedo aplicar en mis composiciones, incluyendo cómo leer y escribir música.
EeA: ¿Cómo es la vida de un joven músico argentino en Berklee?
FA: Durante mis primeros días, sentía que no pertenecía, no que no merecía estar en una universidad tan prestigiosa como Berklee. Sentía que todos sabían tocar, producir, o componer infinitamente mejor que yo. Sin embargo, empecé a conocer gente de todo el mundo y empecé a ir a mis primeras clases, y en vez encontrarme con competencia perjudicial entre alumnos, descubrí un grupo de gente con una gran mentalidad positiva de convivencia, aceptación y colaboración que realmente me sorprendió. Cada uno en Berklee tiene su propio sueño musical diferente. Un porcentaje chico estudia música para películas como yo, los demás varían desde compositores de jazz y música clásica, hasta DJ’s y reggeatoneros. A pesar de eso, hay una atmósfera de colaboración entre los estudiantes (y hasta profesores), para generar contactos profesionales a través de la creación de música que usualmente mezcla géneros y rompe barreras. Hay muchos latinos (incluyendo otros argentinos), y molestarse entre todos sobre los diferentes acentos y frases de cada país es muy común y divertido. A lo largo de estos casi dos años que estuve en Berklee, hice cosas desde jugar un picado de fútbol con una mezcla de latinos, europeos y africanos, hasta convertir a mi novia estadounidense en una adicta a los alfajores y milanesas. Académicamente, pasé de sentirme inferior al principio a ser reconocido por la universidad como uno de los estudiantes con mejor promedio en varias ocasiones. Venir a Berklee me ayudó y me ayuda a crecer como músico y como persona a pasos agigantados, y se lo recomiendo a cualquiera.
EeA:¿ Cómo es tu proceso creativo a la hora de iniciar una composición?
FA: Depende de muchas cosas. Lo que es constante casi siempre es que me gusta componer ideas con la guitarra, porque es lo que siempre hice, hasta cuando la canción que estoy componiendo ni va a incluir una guitarra.
Cuando compongo una canción para una escena, tiene que transmitir emociones y sensaciones específicas dictadas por la misma. Si la estoy componiendo para otra persona, él o ella ya va a tener una escena en mente (o ya filmada), y la música va a tener que acompañar eso. Después, agarro mi guitarra y pruebo diferentes ideas que acompañen el “mood” que están buscando, la complejidad y creatividad de la composición es secundaria. Cuando compongo música de ese mismo estilo, pero por mi cuenta, por lo general me imagino una escena o una emoción y compongo en la guitarra, basado en eso, con mucha más libertad con los tiempos y la forma, y mucha más libertad para irme por las ramas hacia otros géneros o emociones si es para donde me tira la música.
Eso fue lo que hice con mi álbum. Independientemente a todo eso, hay otras excepciones en que simplemente se me ocurre una idea por casualidad, o por ejemplo, estoy probando con texturas o sintetizadores dentro de mi programa y surge algo interesante, y me engancho y termino armando una canción en base a eso, ya sea para películas o algo más comercial, popular, o experimental.
EeA: Contanos de tu nuevo álbum que se encuentra disponible iTunes y Spotify.
FA: Saqué mi primer disco, “Colección de Sueños”, el 6 de agosto de este año. Es básicamente, una colección de canciones como para películas, compuestas, tocadas en la guitarra, y producidas por mí, y se puede encontrar en todas las plataformas de streaming online (Spotify, Itunes, etc).
El disco tiene 12 canciones, que están divididas entre 4 grupos de 3 cada uno. Cada una de las canciones dentro de cada grupo no sólo comparte un tema común en sus nombres, sino que también musicalmente. Por lo general, estas 3 canciones tienen “géneros”, temas o emociones completamente diferentes, pero comparten una melodía o una idea musical muy parecida.
Los compositores para películas tienen que hacer esto todo el tiempo, agarrar por ejemplo la “melodía principal” y transformarla para diferentes situaciones, escenas y emociones a lo largo de la película. Me gusta pensar que se convirtió en algo que transporta al que escucha hacia diferentes situaciones y escenas con cada canción.
EeA: ¿De qué manera manejás tu propuesta artística y musical entre tus composiciones y la composición para reconocidas marcas en Argentina?
FA: Para ser un compositor para medios audiovisuales, hay que entender que tu música no es la parte más importante. La música que se compone es solamente un objeto que acompaña la imagen y la historia, y realza todo lo visual y emocional para ayudar a transmitir lo que está buscando el director. La visión del director, ya sea para una publicidad, película, videojuego, etc, es lo único que importa.
Capaz compusiste la mejor pieza de música que hiciste en toda tu vida para una escena pero si el director te dice que no le gusta, entonces, no hay nada que discutir. En la práctica, por lo general me dan la imagen (la escena) con un “temp track” (una referencia música preexistente) que tenga el mood que están buscando. En base a eso compongo mi música, siempre intentando encontrar un balance entre que suene original y “mío”, y sin que se pierda la intención que el director está buscando. Ese balance es lo que busca cada compositor para medios audiovisuales, porque al final del día, no estamos componiendo canciones, si no momentos musicales que acompañan la historia y las emociones. Obviamente, como dije, lo ideal sería encontrar un punto medio en que la música acompañe la imagen perfectamente, y además, suene bien y musical si alguien la escucha por su cuenta. Esto es lo que logran los mejores compositores, y no es nada fácil.
EeA: ¿Cuáles son los planes para el próximo año?
FA: Continuar mis estudios en Berklee, el anteúltimo en total. Durante mis vacaciones de verano voy conseguir una pasantía, idealmente en Los Angeles, cerca de Hollywood. Mi sueño sería poder conseguir una trabajando con Santaolalla. Definitivamente voy a volver a Argentina un par de veces, y si encuentro el tiempo me encantaría sacar música nueva.
EeA: ¿Qué significa la música en tu vida?
FA: Creciendo siempre fue algo que hice por diversión. Además, cuando estaba aburrido, estresado, enojado, triste, etc, siempre podía ir a mi cuarto y canalizar todo para crear música y olvidarme de todo. Era un hobby y una escapatoria, pero hoy lo es todo.
Todo en mi vida revuelve alrededor de la música, hasta el punto que hay casi una saturación ya que estoy pensando en eso el 100% del tiempo, pero sin embargo todavía le encuentro el placer. Sigue siendo una obsesión mía, y siempre descubro y aprendo cosas nuevas. La sensación de crear una canción nueva todavía me emociona y me encanta, y creo que eso nunca se va a ir.