Por Florencia Deleo
La noche comenzó con «No hay final«, un tema de su último disco, Claroscuro, bien potente para arrancar con todo. Por los pasillos podías ver fans casi llorando por haber seguido a la banda desde sus comienzos. Cuando le preguntamos a Diego sobre qué extrañaba de aquellas épocas, nos respondió al mejor estilo Solís: «A nivel personal, extraño un montón de cosas. Lo que más extraño es tener 10 años menos. En esa época yo tenía 25 años. Y cuando tenés 25 años está todo mucho más bueno. Sos mucho más flaco, más ágil y tenés el colesterol y la presión en niveles normales. Podés tomar un montón más y curiosamente tener menos resaca. También, en esa época, yo era mucho menos padre que ahora, aunque eso no lo extraño para nada. En cuanto a lo musical, no te voy a mentir. No extraño mucho. Armar Arpeghy con recursos NULOS fue un esfuerzo descomunal. Fue durísimo y agotador. No puedo negar que también fue divertido, pero no sé si hoy lo resistiría. Y entiéndase “no sé si lo resistiría” como un eufemismo para “antes prefiero hacer gárgaras de hormigas coloradas vivas”. Hoy la banda está en marcha y si bien el esfuerzo sigue estando, podemos volcarlo en cosas mas productivas y placenteras, como grabar o componer.» Con ese tono sarcástico y a la vez profundo que lo caracteriza, también cuenta: «Durante estos 10 años, pasaron muchas personas por nuestras vidas como por la de la banda. Músicos, productores, fans, amigos, amantes, novias, dealers, ayudantes y demás. Y todos aportaron su granito de arena para que hoy seamos una banda reconocida en el ambiente. La historia de la banda tiene mas de 10 años, me animo a decirte que tiene edad como para votar. El sábado, también estuvieron presentes en mi memoria las personas que pasaron antes del 2007, año en que se editó Sueños Oscuros. Fue un show lleno de emoción, nos divertimos muchísimo y nos llenamos un poquito de nostalgia, porque no admitirlo.«
Diego y Jorge, también tuvieron placer de interpretar una tema viejo, pero que acababan de improvisar, y que según cuentan, surgió en un ensayo a modo de chiste. Jorge lo quiso y Diego adhirió: «Te Recuerdo», de CAE, el Bon Jovi argentino, tuvo amplia repercusión entre los seguidores de la banda, que ya conociéndolos, festejaron el entremés. Ale, cantó varios famosos temas de rock de Whitesnake, Bon Jovi, entre otros.
«Con respecto a cantar canciones que el público no se esperaba, estuvo genial. Disfrutamos mucho tocar temas que hace muchos años no tocamos. Como por suerte nuestro público no se las acordaba ni de casualidad, no creo que se hayan dado cuenta de los pifies. Un lujo» acotó Diego.
Gonza, por su parte nos habló sobre el trabajo en equipo: «Creo que el ejemplo más claro es las composición. Claroscuro se hizo en equipo, se puso la lupa en cada detalle, se creó un sonido más propio, se siente a la banda como un todo. La diversión no es parte del trabajo pero es algo que está siempre (risas)»
La música es nuestra última línea de defensa contra la monotonía y la rutina del despertador, el café de oficina, las corbatas y las bocinas. Podes ir al psicólogo, hacer ejercicio, ponerte a dieta, o incluso casarte con alguien que haga milanesas napolitanas de puta madre, y aun así sentirte desdichado. El secreto está en encontrar eso que te hace sentir vivo, por encima del dinero o la fama. La música es nuestra resistencia. Es nuestro Hodor.
Hace poco estaba ensayando solo en mi casa, meditando sobre aspectos trascendentales de mi existencia (qué hice para merecer ésto, por qué no me dediqué a la cumbia, a qué huele un cheque por derechos de autor, etc) cuando me interrumpió un vecino que estaba escuchando reggaetón a volumen demencial. Me enojé tanto que subí el volumen y empecé a tocar acordes aleatorios, uno atrás del otro, sólo para molestar. ¿Y sabés qué sucedió? Terminé componiendo un tema. Dicen que Salvador Dalí necesitaba escribir enojado, por eso usaba zapatillas que le molestaban. Yo soy igual, pero en lugar de usar calzado chico, pongo Arjona a todo trapo durante una hora.
A lo que voy, es que no estoy seguro si estamos preparando un disco nuevo. Estamos componiendo. A veces por separado, a veces todos juntos. A veces grabamos demos. Cuando entre todos juntemos al menos 10 temas que nos gusten, seguramente nos meteremos de lleno en al estudio a grabar. Hoy los músicos de hard rock y metal, somos como esos soldados japoneses que, desconociendo el final de la 2da Guerra Mundial, se mantuvieron ocultos en la selva por décadas. Somos soldados dando batalla en una causa perdida. ¿Quién nos apura? Saldremos a disparar cuando estemos seguros de poder dar en el blanco. ¡Otro beneficio de ser pobres y no famosos!»