Desde finales de 1990, Varimar ha tejido una interesante narrativa artística. Después de 30 años cosechando experiencias en el mundo del arte, en 2017, decide ampliar su horizonte artístico al incursionar en el mundo de la poesía en un proceso introspectivo. A la fecha, publica de forma regular en plataformas como Poemame, Poemas del Alma y en el Festival Internacional de Poesía Letra Lúdica, donde comparte su poesía con una audiencia apasionada. Su trayectoria tiene como más reciente logro la publicación de su primer poemario, Presagio de Luciérnagas editada por revistapoetica.com
En el marco de la presentación de esta conmovedora publicación conversamos con la artista y poetisa sobre sus procesos y la profundidad de su escritura.
Hablemos del proceso creativo. ¿Cómo abordaste la escritura de estos poemas?
En mis momentos de mayor incertidumbre, mi esposo que es poeta y escritor, me sugirió que escribiera, que no importaba la forma en que lo hiciera porque lo importante era que sacara de adentro el dolor, el abandono, el desarraigo. Entonces, los poemas se fueron dando como un proceso espontáneo, intimista, como consecuencia de esas vivencias que me acompañaban, en un principio porque no quería olvidar algunos acontecimientos y cuando entendí que estaba pasando por momentos que no tenían vuelta atrás comencé a darle luz a mi vida para borrar para siempre la oscuridad, de allí surge este poemario.
El tema de la inmigración es casi central en esta obra. ¿Consideras que tu experiencia personal es el primer motor en tu expresión artística y literaria?
En un principio la inmigración me afectó terriblemente, me sentí vulnerada en lo más profundo. Esa pérdida de identidad cultural, de mis raíces familiares, esa falta de mi entorno, de mis mascotas, etc., fueron el principal motor que me impulsaron a escribir del tema, en muchos casos para limpiar mi alma y en otros casos como una denuncia social por esos desplazamientos masivos producto de persecuciones, inseguridad, gobiernos dictatoriales, hambre, falta de servicios esenciales para poder vivir y un largo etcétera de situaciones producto de malas gestiones gubernamentales que nos obligan a dejar nuestro amado país de origen. Toda esta cantidad de acontecimientos dieron lugar a estos poemas que trajeron como consecuencia Presagio de Luciérnagas.
En tu opinión, ¿consideras que en algún punto se entrelaza la poesía y el arte visual en tu obra o se mantienen separadas?
En mi caso la poesía y el arte visual siempre están entrelazados, con regularidad en mis poemas siempre hay alguna alusión al color, o cualquier situación que tenga que ver con la pintura. Es tan real esa conexión que desde hace un tiempo estoy acompañando mis cuadros que van a alguna muestra con un poema de mi esposo que se ve inspirado por algo que se refleje en dicho cuadro. Esta es una experiencia para los dos muy gratificante.
¿Podrías compartir algún poema en particular que consideres representativo de las ideas centrales de tu libro y contarnos más sobre él?
Quiero compartir este poema que me gusta mucho porque refleja claramente mis sentimientos.
UN HAZ DE LUZ
En el confín
se cuela un haz de luz
que brilla de nuevo en mi interior
como premio al olvido.
Es un rayo de sol
desdibujando el horizonte
que se asoma
tras la nube gris del recuerdo
y de sus ocres manos
brota la fe…
en ocasiones el desconsuelo.
Olvidar no es fácil
pero cuando olvidas
fluye la verdad
y la vida se muestra tal cual es.
Este poema surgió de una muestra en la que yo exponía varios cuadros, y un amigo que me acompañaba en este especial momento, comenzó a analizar uno que lleva por nombre “Salto Ángel”, por lo que intuí, se reflejaba ese estado de ánimo que me acompañaba cuando lo pinté, y algunas situaciones vividas, gracias a ese análisis surgió este poema.
El lenguaje poético a menudo se percibe como abstracto. ¿Cómo trabajas para que tus lectores conecten emocionalmente con tus poemas?
Yo creo que todos los lenguajes (la escritura, la pintura, la música, etc.) tienen en el fondo algo abstracto. Sorprende cuando alguien trata de analizar un poema o una pintura y lo que interpreta no tiene nada que ver con lo que quisiste decir o reflejar. Incluso hay momentos en que algunos poemas se vuelven incomprensibles. He allí el lado abstracto del arte en general.
En mi caso concreto, mis lectores conectan con lo que escribo porque se identifican con alguno de mis temas que aunque la mayoría son intimistas, son de la vida real, cotidiana, la vida con sus verdades y medias verdades, sus idas y sus vueltas. En alguno de mis poemas está reflejado ese optimismo que en ocasiones necesitamos como una invitación a curar heridas y sobrevivir a la hecatombe.
¿Cómo te gustaría que las personas respondan al poemario?
Si una sola persona en el mundo se atreve a leer mi poemario y le deja una buena impresión o puede conectarse con lo escribo, yo me doy por bien pagada y eternamente agradecida.
¿Qué consejo le darías a los jóvenes artistas y escritores que están explorando temas similares en sus propias obras?
A los jóvenes artistas y escritores les aconsejo que se dejen llevar por sus sentimientos, sus vivencias, su entorno. Que no se guarden nada porque el arte en general y la escritura que también la considero arte, son el reflejo del alma.
¿Cómo consideras que el arte y la poesía pueden ser agentes de cambio social y cultural en el contexto de los temas que abordas en tu obra?
Creo que es posible generar cambios a través de la pintura y de la poesía que funcionan como agentes catalizadores, impulsando la palabra o incluso con trazos un cambio en la sociedad, en su manera de percibir los acontecimientos que le atañen, a defender sus derechos vulnerados. Por medio de la palabra se puede intuir lo que está bien o mal en el contexto donde se desarrollan y aprender que, con su voz, puede defender su derecho a vivir con dignidad.
Varimar lleva el arte por segunda piel. Una entrevista hermosa y reveladora; y "Presagio de luciérnagas" es un regalo para el alma. Éxitos. Gracias por esta entrañable conversación